Estaba pensando en la tradición del catolicismo en Guatemala. Creo que, en toda mi vida, nunca he sido católico. Sin embargo, una mayoría de las personas que conozco, como buena muestra guatemalteca, es católica. He notado su comportamiento fuera y dentro de la iglesia, en distintos lugares y reuniones sociales, y siempre he pensado que la iglesia católica es poco más que el lugar de reunión semanal para las personas que intentan mantenerse socialmente aceptables. No es general; algunas personas realmente poseen la devoción apropiada, pero no la mayoría. Según yo, su doctrina no enfoca sus esfuerzos en hacer el bien y en ayudar al prójimo, sino que en arrepentirse del mal y ayudarse a sí mismo a ser salvo.
Ésto no me parece una opción apropiada. La persona común no hace más de lo que se le pide, y pedirle solamente que se arrepienta de sus pecados, en mi opinión, no es un intento de mejorar a las personas, como la religión debiera ser, sino es en el mejor de los casos, un programa de rehabilitación mal diseñado. Si yo quisiera convertirme al catolicismo, y lo único que se me pidiera fuera admitir que soy culpable desde mi nacimiento y arrepentirme de mis pecados una vez a la semana, es posible que hasta intentara pecar cada semana más para tener más de qué arrepentirme cada semana. Y si llegara a ser una mejor persona, no sería gracias a esta religión, sino a la propia naturaleza humana que anhela ser mejor cada vez (Esa es mi opinión).
Pensamiento dicho, me voy a dormir
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