Más importante que el resultado, me parece, es reconocer lo que se ha aprendido de las experiencias vividas, y discernir si aún hay potencial de aprendizaje y crecimiento en tal relación. Y si uno siente expectativas específicas sobre el resultado (relación continúa, relación termina, pareja cambia, etc...), me parece crucial entender los orígenes de estas expectativas hasta la raíz, y así obtener claridad consciente sobre las dinámicas inconscientes en las que es común perderse.
Las expectativas, decisiones, y entendimiento de otra persona son ajenas. Intentar alterarlas infringe en su dominio, y causa repulsión territorial. Uno puede comunicar lo que ve y lo que siente, mas la receptividad y la interpretación de tal comunicación depende directamente del receptor.
Más importante que lo que comunicamos, sin embargo, es tener claridad sobre nuestras propias dinámicas - deseos, emociones, fricciones, motivos - para que nuestras acciones sean concordes, y para que nuestra comunicación sea verdadera y libre de violencia - el fluido verdadero que al cuerpo le hace bien expeler.
Opino que los humanos nos atraemos y nos repelemos según resonamos, y que tales resonancias suelen indicar un potencial de aprendizaje - oportunidades para ver en el otro partes de lo que somos, lo que admiramos u odiamos, y para disolver tales irregularidades. Se puede aprender mientras se comparte - con placer y con dolor. Y lo que no se aprende/disuelve en una oportunidad, permanece para seguir resonando con futuras oportunidades.
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